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viernes, 31 de marzo de 2017

El esqueleto humano.













Una curiosidad relacionada con "Ratón Pérez"

¿Sabías que el Ratón Pérez  tiene su propia Casa Museo?





Ciclo de Teatro en la Enseñanza en la Casa de la Cultura "Teodoro Cuesta"


El  jueves, 29 de marzo, fuimos a la Casa de la Cultura a ver una obra de teatro titulada “La verdadera historia del Ratoncito Pérez.”




La representación comenzó con una señora que estaba barriendo y encontraba unos libros. 





Se puso a contarnos uno de ellos, que era El Ratoncito Pérez.



Decía que la historia del Ratoncito no era esa de que cuando se te caía un diente te traía una moneda; sino que una vez, en un reino, reinaba un rey que estaba muy triste porque no tenía amigos y porque hoy en día a la gente solo le interesaba el dinero. 

De repente, alguien, con una voz muy aguda, comenzó a hablar. El rey, buscando por todos lados, vio a un ratoncito ¡que le llamó Buby! Él se extrañó, porque solo su madre -y de pequeño-, lo llamaba así.
Le preguntó quién era y le contestó que su amigo. Le recordó que le hizo una promesa cuando era niño.

El rey decía que él no tenía amigos, y la señora nos llevó a otro tiempo…

Había una madre con su hijo pequeño de 8 años. El niño no quería comer y su mamá no sabía por qué. El pequeño le dijo que era porque le dolía la boca y resultó ser que se le iba a caer un diente. Cogieron una cuerda y se la ataron al diente. Tiraron fuerte y el diente salió disparado. 
La madre le contó al niño que iba a venir el Ratoncito Pérez y él le mandó cartas al Ratoncito Pérez. 
Se quedó despierto para verlo, pero se durmió. 

De repente, el niño pegó un grito porque el ratoncito le despertó y se asustó.

Buby, le pidió al Pérez que si podía ir con él a “repartir sueeeeeeerteee”. Le contestó que sí, pero con una condición: tenía que transformarse en ratón. 

El Ratoncito metió su cola en la nariz del niño y éste se transformó en un ratón.

Fueron de casa en casa para recoger los dientes que ya se les habían caído a los niños y que habían puesto debajo de la almohada. A cambio, el Ratoncito les dejaba una moneda.

Fueron a la casa de Pérez, que resultó ser una caja de galletas que estaba en los sótanos de una confitería, frente a una gran pila de quesos.

Más tarde, fueron al barrio más pobre. Allí entraron en una casa, en la que había un gato muy gordo, al que despertaron y del que tuvieron que escapar; pero el enorme gato no pudo cogerlos.
Llegaron a la habitación en la que dejo otra de sus monedas.

Buby le preguntó al Ratoncito Pérez por qué cogía los dientes  y él le contestó:
-  Mi tío es dentista
-  ¿Cómo va a ser un ratón dentista?
-  Porque trabaja en una clínica dental y con los dientes hacen dentaduras.

Después de eso, Buby le prometió al Ratoncito que en su reinado haría una ley para que los gatos no atacaran a los ratones.

Al final, el rey, después de revivir estos momentos de su infancia, recordó que su labor más importante siempre sería estar pendiente de las leyes para que fueran más justas y no hubiera tanta pobreza.

                                                                  
                                                                                                 Irene M. G.
Héctor G. M.
                                                                                             
Captura de pantalla: 
http://www.mieres.es/evento/teatro-la-ensenanza-la-verdadera-historia-del-ratoncito-perez-teatro-plus/