El 26 de mayo, nuestro viaje comenzó en la estación de tren con muchas risas, cosa que no paró en todo el día.
Tuvimos que subir una cuesta para llegar a la ermita, que estaba situada en lo alto, en un prado muy verde y lleno de margaritas: ¡OOOHHH!
Desde el momento que llegamos tuvimos la compañía de un perro muy bonito y "cuqui", llamado Pastor -pero ese día lo llamamos Caramelo-.
En la iglesia nos explicaron las características que la hacen tan especial e importante; y curiosidades, como el lugar donde se ponían las personas, según su categoría social, en el tiempo de la Edad Media. Incluso pudimos subir a la tribuna donde se situaban los reyes y las reinas.
Cuando terminamos la visita al interior, merendamos en el prado que la rodea. Como había cuestillas...¡nos tiramos rodando por ellas un buen rato y nos lo pasamos estupendamente!
Luego, en el Aula del Perrománico, nos explicaron muchas cosas más, relacionadas con Santa Cristina y con otros monumentos que también pertenecen al mismo estilo que ella, que se llama Prerrománico Asturiano.
Hicimos un cuadernillo y había unas maquetas que eran una pasada.
De lo que no cabe duda es de que salimos de allí con muchos nuevos conocimientos.
Me encantó esta excursión.
Deva A. A.