...Y llegó el momento...
Lo que vivimos en el Salón de Actos fue algo muy especial. Difícil de contener el cúmulo de emociones -nervios, pena, satisfacción, alegría, orgullo- que se entremezclaban por momentos.
En el aula, todo preparado para celebrar que se acaba una hermosa etapa; y que comienza otra apasionante. La ocasión lo merece.
Las familias hicieron posible que lo hiciésemos "por todo lo alto". No faltó de nada: pizza, empanada, salados, sándwiches, galletas, patatas, bizcocho, bombones caseros, etc. ¡¡¡Hasta una tarta magnífica, que no sale en las fotos!!!
Hubo momentos de enorme emoción. También -cómo no- de risas, bromas, fotos para el recuerdo...
¡Qué despedida!
Inolvidable para mi corazón.
Inolvidable, inolvidable.
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